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Ya lo decía Cervantes: “Come poco y cena más poco, amigo Sancho que los negocios de la cabeza se fraguan en la oficina del estómago” La segunda lectura, de la que os hablaba al comienzo de la semana relacionada con la alimentación, lamentablemente no es del autor del Quijote sino de un bestseller inglés un tanto chungo… Sin embargo trata un tema que me interesa, que es el ayuno. Qué cambios operan en nuestro cuerpo, si tiene o no, poder de transformación, si nos conviene darle un respiro a nuestros órganos. Las curas de Sirope de savia o arce, los ayunos modificados en días alternos, la perseverancia como una clave o propuesta para conocer mejor nuestros cuerpos o plantearnos un sondeo de sensaciones. Me gustaría conocer experiencias… fallidas, alegres, agobiantes, ingobernable el hambre, exultantes de energía.