Sigo con la literatura de los TFM, en esta ocasión es en el texto de Lorena Fernández Prieto, Una historia de lo posible, donde se da el encuentro con Benjamin: «Esta concepción de Benjamin tiene que ver con una comprensión del tiempo como algo abierto, que se opone a la idea del tiempo continuo con el que trabajaba la historiografía. Como nos explica Agamben, A la idea de un progreso de la especie humana en la historia, propia de la socialdemocracia y el historicismo, que es «inseparable de la marcha a través de un tiempo homogéneo y vacío», le contrapone «la conciencia revolucionaria de hacer saltar el continuum de la historia» (Jetzt-Zeit), entendido como detención mesiánica del acaecer, que «reúne en una grandiosa abreviatura la historia de la humanidad». (Agamben, 2010:147) Es este sentido de la detención, esta resistencia al continuo, lo que convierte la historia en política. Resistirse a que las cosas sigan pasando es un acto profundamente político». No puedo evitar pensar en el libro que publicó Consonni de Marcelo Expósito, Walter Benjamin productivista. Un ensayo que reactiva a Benjamin políticamente sin dejar de mirar a nuestra historia reciente y las relaciones que se establecen entre arte, política y activismo. Volvemos a estar en una época de oscilación entre el crimen del autoritarismo sistémico y la transformación revolucionaria, por eso es importante, a la par que político como nos indica Fernández Prieto, resistirse a que las cosas sigan pasando.