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Descubrimientos del final del verano. La gramática parda, de García Hortelano tiene un humor similar al de Amanece que no es poco. -¿No te parece que te has comportado de una manera heroica pero insufrible? -Simplemente digna. -Yo, tú lo sabes, estoy de tu parte. A mí me parece que, teniendo medios para tener vocación, la vocación de una persona es lo más principal. Pero también hay que comprender que a tu madre le asuste que te hayas empeñado en ser Flaubert y sólo Flaubert. No se puede derrochar tanta cerrilidad, amor mío, sobre todo cuando lo que una pretende es una insensatez. Eres muy extremista, pequeña, las cosas como son. (…) -Yo considero que es un oficio penosísimo, pero maleable. Estoy mirándome al espejo. Para darte mi opinión sincera, a mí me parece un mal oficio, lleno de desventajas, de sufrimientos, de frustraciones, de negruras, que lo único que va a proporcionarte el día de mañana es fama y dinero. En fin, ni siquiera un oficio. A mi me parece una desgracia. Pero eso sí, una desgracia maleable. La radicalidad de ser Flaubert y no la Sagan, hasta cuándo puede uno ser cómplice o debe dejar de serlo. ¿Te expulsan las instituciones o en un momento dado o decides que lo mejor es estar al margen, no participar, no integrar una comisión de calidad que calla para mantener el estatus quo?