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Y algunas os preguntaréis cómo es que me acompañan tantos libros en esta Travesía de Transición y es que además de poder decir con alegría que ¡he recuperado la lectura! ¡qué estaba sedienta por escuchar! en estas páginas de Vila-Matas hallé otra parte de la respuesta: En mi caso, no entender nada no es un problema. No sólo paso a limpio mentalmente las crónicas o libros que no entiendo sino que, además, la incomprensión la he convertido en mi poética literaria. Cargo de sentido la sensación de absurdo que da la vida y, de paso, considero que lo esencial de la realidad se encuentra en los libros. Aunque no he entendido nunca nada de este mundo (y en cambio, no se por qué, entiendo perfectamente lo que estoy ahora escribiendo), aunque no he entendido nunca por qué vivo ni tampoco por qué un día estaré muerto, aunque no he entendido nunca nada, yo he seguido siempre adelante buscando y encontrando en la literatura, y paradójicamente en el absurdo mismo, el sentido del mundo. (Vila-Matas, El viento ligero en Parma, 2004) Si, en parques como La Dehesa es posible leer caminando a la sombra de los árboles.